Mujeres fantásticas
Padre Hugo Tagle En twitter: @hugotagle
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Padre Hugo Tagle
El pasado viernes celebramos el Día Internacional de la Mujer. Se organizaron marchas en todo el mundo. Escribo estas líneas previo a las marchas en Chile que, espero, sean pacíficas y a la altura de lo que se celebra: la dignificación y valoración de la mujer. La violencia deslegitima la más noble de las causas y sólo desvaloriza lo que se quiere fortalecer.
Las mujeres merecen mucho más que marchas. Merecen un cambio profundo de revalorización de su rol, plena igualdad de derechos, apoyo justo a su labor de madres. Chile ha sido construido por mujeres. En Chile mandan las mujeres. Como se dice, el arte de mandar de las mujeres radica en que hace sentir al hombre que es él quien manda. Y hay mucho de eso. Tras un gran hombre, hay una gran mujer. Preocupa que los índices de desigualdad en los campos laboral y familiar sigan siendo altos.
Gracias a esas miles de mujeres que son el puntal de sus casas, sacan a sus hijos adelante, a fuerza de tesón y garra; solas, contra viento y marea. Felicitaciones y gracias a todas aquellas que dedican horas de su vida a hijos enfermos, postrados. Muchas que dedican parte de su existencia a cuidar a personas incluso fuera de su círculo familiar. El corazón femenino es lo más semejante al corazón de Dios. Y nadie ama tan entrañablemente como lo hace una madre.
Pero debemos valorar más esa dedicación y esmero. “Nadie puede hacerte sentir inferior sin tu consentimiento”, decía Eleonor Roosevelt. Y en ello radica parte del problema. La subestimación de la mujer comienza venciéndose a través de una autovaloración mayor.
“El feminismo no tiene relación con hacer a las mujeres más fuertes. Las mujeres ya son fuertes. Se trata de cambiar la manera en que el mundo percibe esa fortaleza”, leo en una cita. “Los hombres creen que feminista es una palabra sólo para mujeres, pero lo que realmente significa es pedir igualdad. Si estás a favor de la igualdad, entonces lamento decirte que eres feminista”, dice la actriz Emma Watson.
En efecto, feminista somos todos los que queremos un mundo más igual, de iguales derechos entre hombres y mujeres. “La mujer trae armonía al mundo, nos enseña a valorar, a amar con ternura. Hace que el mundo sea una cosa hermosa”, dice el Papa Francisco. “Si quieres algo dicho, pregúntale a un hombre, si quieres algo hecho, pídeselo a una mujer”, decía Margaret Thatcher. Hay mucho de cierto en eso. Si más mujeres estuvieran realmente a cargo de muchas instituciones, las cosas irían mejor. Abundan las palabras. Que el aprecio por la mujer se traduzca en un mejor trato, justo y digno.